Poema de Permisión
No intentes cambiar a nadie: limítate a iluminar…, porque es tu luz la
que invita a tu prójimo a cambiar…,
Que en estos tiempos extraños en que elegiste volver, tu tarea,
compañero, no es otra que la de “ser”.
Y si ese que va a tu lado se encuentra dormido acaso, respeta su
desarrollo y su aparente retraso…
Contémplalo con ternura y acéptalo tal cual es, y déjalo que prosiga
marchando sobre sus pies.
No te olvides que él está siguiendo su “plan de vida”: ese que le armó su
alma al preparar su venida.
Y tú no puedes lograr que eleve sus vibraciones, ni con presiones
abiertas ni sutiles empujones…., porque hay ciclos en la vida que no se
pueden forzar: ¡ya su corazón un día se abrirá de par en par!
Y entenderá cabalmente de forma clara y certera, que esta vida es
solamente una ilusión pasajera…
Tú entra en tu propio silencio, y en forma suave y callada, deja que tu
luz interna se filtre por tu mirada.
Tu impronta suave y serena produce su propia acción, y esparce sobre las
cosas silenciosa inspiración…
Y cuando dejas que el otro transmute su propia cruz, no intentas cambiar
a nadie…¡pero los cambia tu luz!
Jorge Oyhanart
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